Quito y el reto del reciclaje

Con una población que llega ya a los tres millones de habitantes, la generación de residuos sólidos urbanos de Quito es una preocupación creciente. Según datos de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (EMGIRS), en 2023 se generan aproximadamente 2.200 toneladas de residuos al día, de las cuales solo el 5% se recicla. Este bajo porcentaje pone en evidencia el déficit de reciclaje en la capital ecuatoriana, donde la falta de infraestructura, educación ambiental y políticas efectivas son factores determinantes.

Pero, ¿por qué resulta tan difícil lograr avances significativos en cuanto a reciclaje en la capital? Las respuestas son múltiples, pero existen factores notablemente visibles que son los que impiden un cambio en esa dirección. Entre ellos están:

Infraestructura insuficiente: la ciudad carece de una infraestructura adecuada para la gestión integral de residuos. Las plantas de reciclaje y los puntos de acopio son insuficientes y muchas veces se encuentran en condiciones deficientes para procesar grandes volúmenes de materiales reciclables.

Educación y conciencia ambiental: aún falta mucho por hacer para instaurar una cultura de reciclaje entre los ciudadanos. Muchos quiteños no están adecuadamente informados sobre la importancia del reciclaje ni sobre cómo separar correctamente los residuos en sus hogares.

Políticas y regulaciones débiles: aunque existen normativas sobre gestión de residuos, su implementación y fiscalización son deficientes. Además, las políticas actuales no incentivan de manera efectiva a los ciudadanos y empresas para que participen en programas de reciclaje.

En ese contexto, resulta evidente que para intentar un cambio de mentalidad a nivel de toda la sociedad quiteña respecto de la necesidad imperiosa de ampliar en una dimensión masiva la práctica del reciclaje, es fundamental implementar un conjunto de medidas integrales. Entre las más importantes están el fortalecimiento de la infraestructura para ese efecto mediante la creación de más plantas de reciclaje y puntos de acopio; desarrollar programas de recolección selectiva; realizar campañas masivas de concienciación y educación sobre la importancia del reciclaje; implementar incentivos económicos para los ciudadanos y las empresas que reciclen; y actualizar y fortalecer las leyes relacionadas con la gestión de residuos.

Finalmente, es clave aprender de la experiencia de otras ciudades que sí han sido capaces de enfrentar este desafío, tales como Curitiba (Brasil) que ha implementado un sistema de reciclaje que recupera cerca del 70% de los materiales reciclables generados; y Medellín (Colombia) que  ha logrado avances importantes mediante el programa «Medellín Recicla».